sábado, 5 de octubre de 2013

Ecco il mondo (Claudio de Alas)

Era un viejo elegante de mirada felina
con mostachos bravíos y palabra triunfal.
Su apostura era hermosa, su estirpe era muy fina
y en sus labios ardía una mueca sensual...

Era un viejo corrido, de risa cristalina
que del Bien se reía y se reía del Mal.
Fue rey de boulevares, mató a una bailarina
y por una Duquesa derrochó su caudal.

Llamáronle el Gran Lobo, especialista en viudas,
Tiró su gran fortuna con un ardiente afán.
Y, en una vieja noche, lleno de viejas dudas,

con su postrer billete entró a un restaurant:
y allí con dos cocottes -borrachas y desnudas-
se murió dando besos y bebiendo champán...


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